Retro Cake en Bubó
Si el 2011 fue el año en que comencé en hacer realidad mi sueño empezando mi formación como pastelera en Le Cordon Bleu, el 2012 ha sido el año en el que este sueño ha empezado a materializarse, primero consiguiendo el Diplôme de Pâtisserie de Le Cordon Bleu y después trabajando en el sector en dos pastelerías bien diferentes, primero en Bubó y después en Lolita Bakery.
Después de la celebración con mis amigos y familiares, de descansar un poquito, tocó volver a la realidad, el volver a casa y enfrentarme a la dura pregunta de ¿ahora qué? Si el que cree que terminar en Le Cordon Bleu significa tener millones de oferta de trabajo tocando a su puerta se equivoca, sobre todo, teniendo en cuenta la situación de crisis en la que nos encontramos y al hecho de que Le Cordon Bleu todavía no cuenta con el prestigio que tiene fuera de España ya que hay otras y muy buenas escuelas de hostelería con una larga trayectoria, como por ejemplo la Escola de Pastisseria del Gremi de Pastissers de Barcelona que tiene mucha influencia en el sector. Si encima añadimos el hecho de que no contaba con ninguna experiencia laboral en este sector con mis 31 años donde lo normal es empezar con 16 -18 años y tener ya con 25 años varios años de experiencia en los mejores obradores y/o restaurantes con los mejores chefs de España, pues apaga la luz y vámonos.
Por suerte, gracias a la recomendación de mis chefs del Le Cordon Bleu, algo no habitual y por lo que me siento realmente honrada y agradecida, mi currículum llegó a manos del chef pastelero Carles Mampel que se puso en contacto conmigo para hacer un stage (prácticas) de 1 mes en su pastelería Bubó para así verme trabajar y, si todo iba bien, poder formar parte de su equipo. Así que tras sólo unas pocas semanas en Canarias tuve que volver a hacer las maletas para poner rumbo a Barcelona.
Que tu primera experiencia laboral en el sector de la pastelería sea en Bubó supone todo un honor ya que estamos hablando de una de las mejores pastelería de España y creo que sin haber tenido el Diplôme de Pâtisserie de Le Cordon Bleu no hubiera sido posible. Además, que mi formación venga de esta prestigiosa escuela francesa hace que tuviera una base lo suficiente buena y fuerte para hacer frente a lo que significa trabajar allí, es decir, trabajar muy duro, jornadas de trabajo muy largas (más de 10 horas diarias) y hacer frente a mucha presión para tener diariamente los mejores productos y resultados.
Lógicamente, las dos primeras semanas fueron las peores ya que andaba bastante pérdida, tenía que hacerme con el ritmo de trabajo, conocer el obrador, donde estaban las cosas, aprender las recetas, saber cómo decorar cada uno de los postres y tartas que se elaboraban,... pero gracias a la ayuda de mis compañeros de obrador la tarea fue más sencilla. Una vez superadas esas dos primeras semanas todo fue a mejor y así, tras terminar el mes de stage, el chef Carles Mampel me contrató para formar parte de su equipo siendo la responsable de la partida de petit fours, guimauve, vasitos y sablés.
Mis compis de Bubó
Durante casi 6 meses estuve trabajando en Bubó, aprendiendo lo máximo posible ya fuera observando al resto de mis compañeros o ayudándoles con sus partidas, especialmente, a los de la partida de pastelería porque era la que más me interesaba. Fueron unos meses muy duros pero también muy gratificantes ya que no sólo aprendí increíbles recetas y técnicas, sino también como funciona un gran obrador y lo que supone trabajar con un gran equipo de profesionales. Sin embargo, cada día me resultaba más pesada mi partida ya que era muy rutinaria y que no requería casi nada de técnica, me sentía estancada e incluso frustrada. Así que cuando se me presentó la opción de poder trabajar de Lolita Bakery lo vi como una oportunidad para coger experiencia en una pastelería de estilo americana que era algo que me interesaba mucho porque es un estilo de pastelería que, como ustedes sabrán por el blog, me gusta mucho.
Realmente, me costó mucho abandonar Bubó porque suponía un cambio muy grande, no sólo en el tipo de pastelería, francesa versus americana, sino también el pasar de un gran obrador casi industrial a un más pequeño y casero y, por supuesto, el despedirme de mis compañeros con los que compartí tantas experiencias, risas, trabajo y, sobre todo, nuestra pasión por esta profesión, fue lo más duro. Pero tenía que arriesgarme y tras mucho pensarlo, decidí irme y empecé a trabajar en Lolita Bakery a principios del mes de Octubre.
El trabajar en Lolita Bakery supuso realmente un cambio con respecto a Bubó y el Le Cordon Bleu pero me sirvió para adquirir experiencia en otro tipo de pastelería haciendo cupcakes, brownies, cookies, ... la pastelería que siempre he hecho en casa y que es la protagonista de este blog y, sobre todo, conocer cómo es trabajar en un obrador más pequeño y organizarme en él para poder surtir dos tiendas. Trabajé en Lolita Bakery un poco más de 2 meses ya que se me presentó una oportunidad única e increíble, hacer un stage en Dolç par Yann Duytsche.
Así que el 2013 no se me puede presentar más interesante, durante 4 meses trabajaré al lado de uno de los mejores chefs pasteleros del mundo, donde espero seguir aprendiendo y mejorando mi técnica para después poder acceder a mejores y a mayores oportunidades laborales ya sea aquí en España o en el extranjero, especialmente París, Londres o incluso Nueva York ya que mi propósito es aprender lo máximo en los mejores sitios y fusionar la pastelería francesa con la americana para en un futuro crear mi propia pastelería.
En conclusión, el 2012 ha sido un gran año que ha supuesto la materialización de un sueño y todo lo que esto supone, es decir, mucho esfuerzo, trabajo y tesón pero también un año que ha sido muy gratificante e increíble donde he conocido a grandes compañeros de la profesión. Sin embargo, todavía queda mucho por aprender y mucho trabajo por hacer durante este año 2013.
Os deseo a todos los lectores de Retro Cake una Feliz Nocheviaje y que el Nuevo Año que estamos a punto de estrenar esté lleno de grandes y, sobre todo, dulces momentos.
En conclusión, el 2012 ha sido un gran año que ha supuesto la materialización de un sueño y todo lo que esto supone, es decir, mucho esfuerzo, trabajo y tesón pero también un año que ha sido muy gratificante e increíble donde he conocido a grandes compañeros de la profesión. Sin embargo, todavía queda mucho por aprender y mucho trabajo por hacer durante este año 2013.
Os deseo a todos los lectores de Retro Cake una Feliz Nocheviaje y que el Nuevo Año que estamos a punto de estrenar esté lleno de grandes y, sobre todo, dulces momentos.